Después de la larga etapa de ayer, decidimos alojarnos en una casa rural. Muy acogedora, con una bonita decoración y unos jardines/piscina que invitaban a quedarse más días ...
Pero no tenemos tanto tiempo disponible, ... debemos continuar hacia el Norte ...
Baños de Montemayor ... como nota curiosa, el polideportivo municipal (que parece de reciente construcción) lleva el nombre del jugador de baloncesto Jose Manuel Calderón ...
Como se puede ver, los embutidos típicos de la zona, ganan a "darle al pedal" ... esa panceta y esa "panzita" ...
Subiendo a Puerto de Bejar ... y menudas rampas ... entramos en la provincia de Salamanca ...
Y después de subir, subir, y seguir subiendo, ... llegamos al bello pueblo de Bejar ... y mientras devorábamos una suculenta parrillada de carne, fuimos testigos de un acontecimiento estelar del pueblo ... enlace matrimonial con la participación del folklore popular en forma de bailes regionales y sonidos de clarinetes y trompetines ... Ni que decir tiene que, aunque aplaudimos a rabiar, intentamos convencer a los contrayentes que no cometieran tremenda temeridad ... Sin éxito (... ya se arrepentirán ... jeje)
Ayuntamiento de Bejar ... que por cierto, estaban en fiestas ... como muchos otros pueblos de esta zona ...
Vistas panorámicas de Bejar ... un deleite para los ojos, pero un suplicio para las piernas (cuando tienes que llegar hasta allí pedaleando) ... Por cierto, ... Lale Cubino (los aficionados al ciclismo seguro que le recuerdan) es de allí ... con razón era "escalador" ...
Y como anécdota ludico-festiva del día: ... recorríamos una agradable senda entre las tranquilas dehesas salmantinas cuando nos aproximamos a un grupo de ganado que rumiaban en los márgenes del camino ... Al acercarnos, dos de ellas (en la foto sólo se aprecia una) se giran y nos observan ... al principio no le dimos demasiada importancia (aunque un "animalito" así impone, al menos a unos urbanitas como nosotros), pero al momento empezamos a preocuparnos cuando vemos con gran preocupación que la "rubia", que era la que "gastaba" una cornamenta que daba miedito, nos estaba citando y agitaba la cabeza arriba y abajo, en un gesto que interpretamos como hostil ...
Al final, y como entre el equipaje no llevamos capote y/o muleta, decidimos esperar y seguirlas a distancia prudencial hasta que se metieron ellas solitas en una finca ... No creáis que esto duró unos minutillos, ... la "aventurilla taurina" duró tanto como una faena de José Tomás ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario